Tanto que decir, mis pensamientos están atorados en mi cabeza, y sí, me duele, y sí me enojo, y sí me frustra. Enojada, triste, preocupada, decepcionada, frustrada, cansada, el sentimiento se convirtió en ese cúmulo café bajo el corazón, desapareció el brillo azul y me cuesta tragar. No tengo mucho tiempo para reflexionar, tengo que trabajar.
Siguen esperando en el cuaderno los correos de estupidez humana, mis pensamientos sobre muertes inesperadas, la canción de la princesa que no ha podido descansar, la foto del vestido de papel, el misterioso caso del homicidio escolar, las lágrimas compartidas de Nelson y una más de esta gente con la que tengo que lidiar todos los días en esta ciudad.
Se me antoja tirarme bajo ese atardecer, sola, completamente vacía de sentimientos y pensamientos, cargando solamente la libreta y mi lápiz neoyorquino, escribir los versos que solía dictarme el cuerpo y desvanecer en la arena la carga de mis hombros.
Se hace de noche, casi no puedo ver, pero tengo fe, siempre, después de todos estos años de lucha he aprendido que después de tanta oscuridad, amanece una nueva oportunidad que nos mejora la vida.
Mi mente sólo espera al Sábado, para verte, abrazarte y ahogarte en mis palabras, me da tanta ilusión integrarte a mi vida y darme la increíble oportunidad de decirte con mi mirada cuánto te quiero amiga, agradecerte todo lo que me has dado en tan corto tiempo. Empapémonos de risas, con una buena dotación que me dure de aquí hasta mi vuelta, acurrucada en el mejor rincón del cientouno.
Regálenme una oración, un pensamiento positivo y clávenlo justo en mi corazón para sentirme viva.
Siguen esperando en el cuaderno los correos de estupidez humana, mis pensamientos sobre muertes inesperadas, la canción de la princesa que no ha podido descansar, la foto del vestido de papel, el misterioso caso del homicidio escolar, las lágrimas compartidas de Nelson y una más de esta gente con la que tengo que lidiar todos los días en esta ciudad.
Se me antoja tirarme bajo ese atardecer, sola, completamente vacía de sentimientos y pensamientos, cargando solamente la libreta y mi lápiz neoyorquino, escribir los versos que solía dictarme el cuerpo y desvanecer en la arena la carga de mis hombros.
Se hace de noche, casi no puedo ver, pero tengo fe, siempre, después de todos estos años de lucha he aprendido que después de tanta oscuridad, amanece una nueva oportunidad que nos mejora la vida.
Mi mente sólo espera al Sábado, para verte, abrazarte y ahogarte en mis palabras, me da tanta ilusión integrarte a mi vida y darme la increíble oportunidad de decirte con mi mirada cuánto te quiero amiga, agradecerte todo lo que me has dado en tan corto tiempo. Empapémonos de risas, con una buena dotación que me dure de aquí hasta mi vuelta, acurrucada en el mejor rincón del cientouno.
Regálenme una oración, un pensamiento positivo y clávenlo justo en mi corazón para sentirme viva.
7 comentarios:
Vaya.
Si algún día alguien querido me dice eso que expones........´me sentiría la reina del mundo.
Menudos sentimientos tiene mi mexicanita!
Se la aprecia allende los mares.........aquí en la Atlántida.
que te pasa me dijo menda de las mendas que esta decaida.animate besitos
venga,hasta a mi me gusta una amiga a si,si eres toditico corazon.
Vine un ratito por aquí a visitarte, ando medio perdida ahí haciendo unos trabajitos. El otro día me di una vueltita por las "macetas mexicanas" y salí de esa página fascinada.
Un abrazo. Sonríe.
Prometen los temas pendientes. Aquí estaré para leer y comentar.
Pasaré por Cholula entre el domingo y el lunes y seguramente me acordaré de ti y te mando la mejor de las vibras desde hoy.
Saludos.
El sábado despertará temprano, tomará un baño caliente y llegará a tí con un abrazo. El primero de muchos.
Menda, cuando mencionas la distancia no puedo evitar maravillarme más por haberte conocido.
Logico, jajaj que hermosura, ahora paso a visitarte agradeciendo la cortesía, muchas gracias!
Kodama, cuando gustes, ya veo que también eres artista. Ya vi tus tarritos de la cocina, chulos chulos, te voy a robar el diseño del tarro de cucharas.
Luisz, han hecho efecto las vibras, hoy amanecí muchisimo más animada, gracias. Ojalá no te reciba la ciudad llena de charcos.
Ceteris, pa qué te digo.
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