Miss Dorn

Extraño mis tiempos como maestra de Kinder. No estudié educación, daba inglés a nivel preescolar y me sentía dichosa. Cuando superábamos la crisis de 2 años de desempleo metí mi curriculum a una agencia de maestros de idiomas. Me fue muy bien, tenía 2 grupos en 3 escuelas, era un trabajo que me permitía ganar dinero mientras mis hijas estaban en clases, nada interrumpía mis labores como mamá. El trabajo ideal, la paga no era excelente pero era casi el triple de lo que ganaba como diseñadora y trabajaba la mitad de tiempo.

De todos los grupos que tuve, guardo hermosos recuerdos de mis niños de la escuela de gobierno, eran 55 chamaquitos (los de la foto), la primera vez que estuve sola controlándolos en el salón me sentí la mujer maravilla. Cómo era posible que en casa no puedo con 2? y aquí soy capaz de mantener sentaditos y callados a 55? Será porque para eso me pagaban. (amor, tal vez si me pagas me volveré mejor madre, jeje)

Les enseñé canciones, me tuve que aprender sus nombres en 3 días por obligación de la directora, que nos pidió hacer eso, ya que los niños consideran a esa edad el ser reconocidos por su nombre, así se sienten especiales y que importan. Así que me llené de truquitos para poder reconocerlos. Obviamente primero me aprendí a los latosos, en segundo lugar a los más aplicados, los "x" son los que más trabajo me costaron, pero poco a poco fui dando en el clavo con ellos.

Me querían mucho, al igual que yo a ellos, viví con ellos todo 1 año escolar compartiendo lágrimas, tuve 1 niño que su papá le pegaba y llegaba lleno de moretones y con el ojito cerrado, tuve otro que el papá era adinerado pero como él no era el hijo legítimo lo tenía marginado, tuve otro que sus papás le exigían demasiado y el pobrecito actuaba con un adulto pequeño que no sabía divertirse ni jugar, solo trabajar y estresarse.

Las niñas eran otro boleto, todas andaban besuqueando a todos los compañeritos, llevaban falditas coquetonas, pulseritas, anillitos, collares y sombreritos. De los 55 niños, unos 15 llevaban celular, ahí tenía yo a mocosos que ni sonarse sabían pero bien que sabían usar el celu para mandar mensajitos en clase, lo peor es que son los mismos padres quienes les mandan mensajes en plena clase! fatal! tuve mucha bronca con eso. Les quité el celu a los que cachaba hablando y luego los papás me acusaron en la dirección por "ratera", menos mal que yo había entregado esos celus en la dirección para evitar malos entendidos y zaz, los papás salieron regañados.

Ser maestra ha sido uno de mis trabajos más satisfactorios, me hizo sentir bien y espero haber dejado en esos niños un bonito recuerdo del idioma inglés. Tres de ellos decían que yo era su novia, espero se acuerden de mí cuando yo tenga 60 años y ellos 35, que recuerden sus primeras palabras conmigo, que los enseñé a sonarse, a abrocharse la chamarra, a hacer el nudo del tenis, a no decir groserias y a saber esperar su turno.

Ojalá todos sean personas maravillosas, profesionistas preparados, buenas pesonas y que la sonrisa que me regalaron cada día perdure mucho tiempo en su carita, para todos ellos un besito (chéquense los nombres y cómo se escribían):

Lupita, Randall, Brayan, Ian, Laura, Asaph, Liseth, Cristofer, Mario, Yenni, Argelia, Uriel, Dianita, Yoselyn, Ana, Paola, Raquel, Jesús, Erik, Angel, Juan, Joselito, Emanuel, Emilio, Demián, Daniela, Elena, Paola, Arlexis, Rubén, Jesús, Karlita, Aldo, Jorge, Elton, Darío, Leonbardo, Rodolfo, Alondra, Paulina, Saúl, Dieguito, Samantha, César, Fátima, Librero, Raúl, Diego, Jared, Adita, Dana, Rocío, Samia, Dolores, Carson.