Cómo resolver problemas

Más que resolverlos, creo lo importante es cómo enfrentarlos. Eso es lo que nos hace grandes en la vida. Siempre me atrapa el encanto de la individualidad, de las diferencias, de las originales personalidades. Cada quien resuelve sus problemas de distinta manera. Cada quien hace lo que mejor le hace sentir o lo que prefiere que le haga mal. Todo depende. Yo soy una mujer que evade, sí, tal cual, si hay algo que sé que no podré manejar simplemente lo evado, evado el tema, las respuestas, huyo de las preguntas y me enfoco en otra cosa, me mantengo ocupada hasta que logro olvidar el asunto o al menos hacerlo a un lado y seguir con mi vida feliz. Me funciona.

Hay otras cosas que encaro con fortaleza porque me siento segura, porque me percibo fuerte, porque sé que lo puedo resolver. Aunque tampoco soy de la idea de olvidarlo todo, creo firmemente en el supuesto que dice que si lo olvidas cometerás el mismo error nuevamente. No me gusta cargar con culpas, ni con señalamientos, ninguna de las dos, pesan, desgastan, estorban, eso lo tiro, guardo solamente en mi mente el recuerdo de lo que pude superar y de lo grande que soy frente a los problemas, para recordarme en momentos que necesito que puedo con todo. Tengo una amiga que siempre me recuerda:

"Nadie puede dañarte si tú no lo permites"

Y es completamente cierto, cuando me siento vulnerable, atrapada y dañada en mis debilidades es entonces cuando me sumerjo en esa burbuja de cristal que es frágil, pero que me protege. Lucho contra los pensamientos de dudas, de negativismo, de catástrofes. Me enfoco en lo que tengo, en lo que me permite avanzar, no busco con qué atorarme. Mi madre siempre decía que yo vivía en mi mundo de fantasía, huyendo de la realidad, que para mí todo era alegría y que no, que debía adaptarme y aceptar que el mundo y nuestra vida era un asco, que no era sano vivir engañándome. Nunca me resigné a pensar eso. Yo sé que mi vida es lo que yo quiero que sea.

Me gusta estar feliz, me gusta la paz de la mente y el corazón cuando todo está bien, me gusta la placentera sensación de sentirse indestructible y andar por la vida sonriéndole a las paredes, cantándole a los techos y olvidándose del piso.

Toma de mí la felicidad, toda la que necesites, que existe en abundancia, cóbrate el porcentaje que te corresponde de alegría y que la vida te debe. Y tú, como resuelves tus broncas?