Uno causado por el remordimiento.
Dos que vive con el dolor del pasado.
Tres por las ofensas que recibí.
Cuatro necesitando de una madre.
Cinco endureciendo mi corazón.
Seis es la maldita obstinación.
Seis, distribuídos como granitos de café acurrucaditos en mi pecho.
Hoy un ángel me tomó de la mano y me demostró que aún hay gente desinteresadamente buena.
17:59
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2 comentarios:
Pues el ángel debería de ser el número uno y único, verdad?
Besos Dorn.
tas muy triste, ojalá se te pase pronto...
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