La crisis de mi edad

Ya empezó Julio, en tan sólo 10 días cumpliré 34 años, me parece extraño saber y darme cuenta que he vivido todos esos años y por dentro me sigo sintiendo débil, miedosa, una niña que necesita el abrazo de papá, la sonrisa de mamá, el ánimo de sus compañeritos y alguien con quien platicar.

Sigo sin percibirme adulta, sin aceptar que la vida ya avanzó un tercio del recorrido, eso si vivo al igual que toda mi parentela, donde la más joven ha muerto a los 95 años...

Ya llevo semanas entrando un poco en ese estado mental y físico donde todo me pesa, la panza, las piernas, la cabeza, los hombros, la espalda... ya no soy una chavita.

A veces me levanto, me veo en el espejo un domingo con luz de sol a las 10 am y no manches! me asusto! ya el cabello no amanece suave, brilloso y sedosito cayendo con ligereza sobre la espalda, ya se enreda y forma un estropajo seco sobre mi nuca. Mi cutis amanece con las marcas de la almohada que tardan casi media hora en desaparecer, ya tengo arrugas en los ojos. Mi piel ya no se ve bonita con una blusa en tirantes.

Les cuento que he estado comiendo cual cerdo feliz, he alcanzado un peso que buscaba, llegué a los 50 kilos, pero están muy mal repartidos, esos 10 extras se fueron todos a la panza, sigo con las piernas flacas, los muslos ya no son tan firmes como antes, cuando subo las escaleras se me mueve todo como Rodolfo Gelatino, me la paso sentada mucho tiempo pintando... Mis brazos enclenques ya comienzan a soltar ese colgajito de piel, pero lo peor es mi vientre. Recuerdo cuando era joven y lucía mi vientre planito planito en una playerita ombliguera muy sexy. Después de los 2 embarazos ya nada fue igual, quedé delgada pero panzona, tanto que a veces me preguntan si estoy otra vez embarazada, ahora ya nadie creería la bonita figurita que tenía yo hace años. Lo peor es que a esta edad ya no creo que la piel y el músculo me haga mucho caso.

Me canso, soy como una viejita, a las 9pm ya me muero de cansancio, ya no llego a ver ER, ni House, ni Fringe, fatal... Cada vez que me agacho por el detergente pujo del esfuerzo, cada vez que me subo a una silla para alcanzar algo pujo del esfuerzo, cada vez que me subo al coche y me pongo el cinturón pujo del esfuerzo. Entre tanto pujido la elasticidad se perdió.

La juventud se fue, y sí, no soy una anciana, podría decirse que voy a a mitad o hasta un poco menos, pero estoy cansada, no he llevado una vida muy relajada que digamos y creo ya dí el viejazo, de cuerpo y mente, quiero unas vacaciones, quiero paz, quiero dedicarme más a mí y menos a los demás.

Si pudiera elegir algo pediría una semana de vacaciones en la playa, donde 2 días la pase en playita con mis hijas y mi esposo, 2 días a solas con mi esposo y los últimos 3 sola relajándome en el spa del hotel. Pero para eso, debo seguir sentada, pintando, cansándome y envejeciendo... hasta que algún día suceda.