Fantasías en Messenger

Antier mi hermana y yo platicábamos en el messenger una de nuestras fantasías, no sabíamos que la teníamos, que compartíamos la misma, absurda, loca e infantil fantasía, ella tanto como yo ha imaginado lo siguiente casi de la misma manera:

Cuando nací mi mamá tuvo que darme en adopción, regalarme, deshacerse de mí, una de dos o era muy pobre o era una persona de familia conservadora y la obligaron a deshacerse de mí. No tuvo otra opción, era joven, no supo qué otra cosa hacer y me regaló pensando yo estaría mejor con alguien más...

Mi verdadera mamá fue a un hospital, en él trabajaban un doctor y una doctora que eran esposos, llegando a la sala de emergencias se encontró con el doctor y metiéndose a su cubículo dejó ahí una sillita de bebé conmigo adentro y una nota enredada en la cobija. Suponía que los médicos tenían un amor especial por las personas y que eso era garantía de que yo tuviera unos padres amorosos, responsables y que no me faltaría nada.

Ese fue el proceso de adopción y no tuvieron más remedio que quedarse conmigo, la esposa de ese señor que llamaré "mamá" estuvo inconforme desde el principio, nunca le agradó la idea de ser madre y por eso me agredía, me humillaba, me maltrataba y nos hicimos la vida imposible una a la otra hasta que acabamos por no soportarnos.

El hombre de buena voluntad que intentó darnos un hogar con su esposa solo quedó en intento, puedo más su amor a ella que el amor de padre que despertaba en él. Así que también me abandonó.

Pero lo bonito de esta fantasía es saber que en algún sitio del mundo vive mi verdadera mamá, esa hermosa mujer que ahora ya de forma adulta me ama, sabe que cometió un error y en sus pensamientos estoy todos los días, reza por mí, me desea solo cosas lindas, mira al cielo y me envía sus bendiciones, mi verdadera madre sueña con abrazarme algún día y poderme decir TE AMO. Es cariñosa, siempre está alegre y me está buscando.

La idea de esa mamá me consuela, ma da abrigo cuando lo necesito y me hace saber que hay alguien en este mundo que lo daría todo por mí, que sabe pedir perdón y que para ella soy lo más valioso que tiene.

Es extraño que mi hermana y yo tengamos la misma fantasía desde pequeñas y que 20 años después la compartamos. A ninguna nos parece muy normal el haber tenido una madre como la que nos tocó, no es natural, más bien irreal tanto odio a los hijos.